Revolución Cubana |
El 1º de enero de 1959 triunfaba
en Cuba la revolución liderada por Fidel Castro contra la dictadura de
Fulgencio Batista. Desde su independencia en 1898, Cuba había sido un
protectorado de los Estados Unidos, gobernada por distintos regímenes
dictatoriales y su economía manejada por los intereses azucareros
estadounidenses. Tras largos años de lucha contra el gobierno de
Fulgencio Batista, el 1º de enero de 1959 la revolución se haría
realidad. El nuevo gobierno realizará transformaciones radicales:
expropiación de monopolios locales y norteamericanos, reforma agraria,
extensión de servicios sanitarios, campañas de alfabetización masiva.
Para recordar este acontecimiento hemos elegido dos artículos
aparecidos en distintos medios inmediatamente después del triunfo de la
revolución. |
Batista ha perdido Cuba |
Fuente: Destino Nº 1117, Barcelona, 3 de enero de 1959. |
No habían transcurrido cinco horas del
nuevo año cuando el presidente Batista abandonaba Cuba en un avión en
el cual le acompañaban sus más directos colaboradores, encabezados
por el presidente electo Rivero Agüero. Con este abandono del Poder se
ha cumplido la frase que pronunció Fidel Castro en el momento de
desembarcar en Cuba en el yate “Gramma”, en 1956. Ochenta hombres le
acompañaban y Fidel Castro dijo: “Sólo somos ochenta, pero derribaremos
a Batista.” Sea cual fuere el resultado de esta huida de Batista, es
evidente que su vencedor moral ha sido Fidel Castro y que los ochenta
hombres que desembarcaron procedentes de México en la playa cubana de
Niqueros el 2 de diciembre de 1956 –que horas después quedaban
reducidos a doce- han sabido mantener durante dos años una rebelión que
ha pasado por las más diversas alternativas.
Fidel Castro, una gran mezcla de intelectual y hombre de
acción, es en este momento el héroe cubano y tiene tras de su
personalidad de guerrillero a toda la juventud. El movimiento “26 de
julio” que encabeza ha sido un arma eficacísima contra la dictadura de
Batista. Como es sabido, este movimiento evoca la trágica jornada del
26 de julio de 1953, en la cual Fidel Castro, con treinta estudiantes,
se sublevó en Santiago de Cuba. Fueron derrotados, y Fidel Castro hecho
prisionero. Batista, que en aquel momento se sentía fuerte, cedió a las
súplicas del arzobispo de Santiago y perdonó la vida de Fidel Castro,
condenándole a quince años de trabajos forzados, que luego fueron
conmutados por la pena de exilio. Emigrado a México, Fidel Castro
conspiró constantemente y a cara descubierta. Organizó el desembarco en
Cuba al que hemos aludido y dio una conferencia de Prensa antes de
emprender la aventura. Batista mandó un patrullero a la playa de
Niqueros y allí perdió Fidel veinticinco hombres. El patrullero
abandonó desdeñosamente el yate embarrancado en la playa, contando que
el terreno pantanoso de esta playa y las fuerzas terrestres darían buena
cuenta de los restos de los aventureros. Efectivamente, éstos lucharon
contra las tropas hasta el último cartucho y solo doce se salvaron,
entre ellos, Fidel Castro y su hermano, consiguiendo llegar a favor de
la noche hasta las estribaciones de la Sierra Maestra. Y allí comenzó
esta extraordinaria aventura, cruel y romántica, que ha acabado con la
huida de Batista que, en lo que a Fidel Castro se refiere, sólo le ha
perdido un exceso de confianza, pues nunca dio la menor importancia a
este joven intelectual, católico y amante de la libertad, rebelde y
tenaz, excelente orador y tipo novelesco que había jurado no afeitarse
la barba hasta que Batista estuviera fuera del Poder. La barbuda figura
del estudiante en armas ha sido popular en el mundo entero y ha dañado
enormemente el prestigio del dictador.
Con poca gloria acaba Fulgencio Batista su segundo
mandato. El sargento que el 4 de septiembre de 1933 sublevó a las
clases de tropas y los soldados contra los oficiales que habían
derribado al inmoralísimo gobierno del presidente Machado, acaba de
caer con la misma violencia que rodeó a su sublevación. Batista,
presidente de la República de 1933 a 1944, abandonó Cuba
voluntariamente al perder unas elecciones libremente convocadas. Sus
años de presidente fueron fructíferos para él de tal modo que se le
calculaba una fortuna de cincuenta millones de dólares en el año 1952,
en el que Batista dio un nuevo golpe de Estado, apoderándose el 10 de
marzo del campamento de Columbia y del Gobierno de Cuba. Si en su
primera etapa Batista fue un presidente hábil y paternalista, en esta
segunda etapa ha sido mucho más duro, de tal modo que se ha colocado en
el difícil callejón sin salida del dictador sudamericano que pierde
los nervios.
En el momento de escribir este artículo. La situación es
extremadamente confusa. El presidente Batista ha resignado sus poderes
en el general Eulogio Cantillo, siendo nombrado presidente provisional
el presidente del Tribunal Supremo, dictador Carlos Piedra. Sin embargo
parece difícil que estos personajes puedan afianzar su posición ante
la violencia y la fuerza del movimiento “26 de Julio” y ante la figura
de un relieve tan fascinador como es, para gran parte del pueblo
cubano, Fidel Castro y el comité directivo “26 de Julio”. Este comité
está presidido por el doctor Manuel Urrutia, antiguo presidente de la
Sala de Urgencia de la provincia de Oriente, juez de carrera que estuvo
exiliado en Nueva York y regresó recientemente a Cuba.
El movimiento “26 de Julio” es, socialmente, muy avanzado:
Se proyecta gravar con fuertes impuestos las tierras baldías para que
los propietarios se vean obligados a venderlas al Gobiernos que se
distribuirán entre los campesinos. Asimismo se va a fomentar la
industrialización y se nacionalizará el subsuelo, todo ello dentro de
un sentido católico, pues no hemos de olvidar el matiz cristiano de la
aventura de Fidel Castro. Y sobre todo inspira básicamente a este
movimiento el amor a la libertad y la implantación de la honestidad en
la administración pública. Este deseo de honestidad ha sido el arma
principal de Fidel Castro en su propaganda y es muy lógico que tenga a
su lado a gran parte de Cuba. No olvidemos que en las últimas
elecciones presidenciales, el movimiento “26 de Julio” predicó el
abstencionismo y se abstuvo a pesar de las dificultades y las
coacciones, el sesenta por ciento del cuerpo electoral.
Sea cual fuere el porvenir político de la huída de
Batista, no olvidemos que será muy difícil, por no decir imposible que
persista una guerra civil. La existencia de Cuba depende de su riqueza
azucarera y éste es el momento de la zafra, que representa nada menos
que la suma de cuatrocientos millones de dólares anuales.
Es de desear para el porvenir económico y político de Cuba
que esta situación de inestabilidad tenga bien pronto una solución
positiva que devuelva la paz y el bienestar a esta isla, por tantos
conceptos llamada la “perla de las Antillas”. |
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Larga lucha de Guevara |
Fuente: Diario La Nación, viernes 2 de enero de 1959. |
Un periodista cubano, Jorge Quintana,
le recordó hace tres meses al presidente de la Nación, Dr. Frondizi,
la intervención de un argentino –Miralla- en la lucha por la
independencia cubana. El diálogo de ambos, mantenido mientras
transitaban por senderos de la residencia de Olivos, cobra hoy renovada
actualidad. Quintana mencionó a Miralla, para hablar luego del “Che”
Guevara, el nuevo argentino que luchó en Cuba por la causa de la
libertad.
Miralla es hoy más conocido por los cubanos que por
nosotros; con Guevara sucede otro tanto. Goza en la isla de un
prestigio merecido, de una popularidad en la que se traduce la gratitud
de un pueblo.
Nació en Rosario en 1928; vivió brevemente en Misiones y
en Córdoba, muchacho andariego, recorrió América latina en motocicleta,
a pie y aun valiéndose de balsas; concluyó sus estudios universitarios
en Buenos Aires; un hecho premonitorio: desde temprano sintió
predilección por el estudio de las enfermedades tropicales –alergias y
lepra-, cuyo conocimiento le sirvió tanto en Cuba; fue uno de los tres
mil integrantes del grupo Monteagudo y, dentro de él, formó parte de
Acción Argentina, fuerza de choque dirigida contra el dictador
argentino. Luego, la cosa pantanosa de Ubero, adonde llegó a bordo del Gramma, que transportó a 80 hombres aunque sólo estaba preparado para alojar a 25.
La Repercusión de los Sucesos en Buenos Aires
En la Avenida de Mayo al 1300, frente al vespertino
“Crítica”, se reunió denso gentío que, con declamaciones de adhesión a
Fidel Casto y al “Che” Guevara, al movimiento libertador cubano, y
simplemente a la libertad, ocuparon la calzada y obligaron a la
desviación del tránsito automotor por las calles adyacentes.
Desde el balcón del primero piso del vespertino, ornado
con banderas argentinas y una enseña cubana, hablaron el doctor Valdés
Miranda y Lisi Guera, del movimiento 26 de Julio; el nuevo embajador
cubano en nuestro país, Sr. Jorge Beruff Jiménez; el Señor Benjamín De
Yure, también del movimiento; el padre del combatiente Ernesto Guevara
Lynch; el director de “Crítica”, doctor Santiago Nudelman, y el
diputado nacional por la Unión Cívica Radical del Pueblo, Manuel
Belnicoff.
Ante los repetidos vivas a Cuba y las expresiones de
repudio a las dictaduras, a Batista, a Franco, a Trujillo y a Perón, el
doctor Nudelman se refirió a este “día glorioso de Cuba”, y pidió el
homenaje de un minuto de silencio por “la juventud de América que ha
ofrecido su sangre generosamente para que podamos seguir viviendo en
libertad”. Exhortó luego: “En la medida en que se oscurece el cielo de
la patria americana, seamos forjadores de la libertad”. ¡Viva Cuba
Libre! –terminó- ¡Viva América Libre! ¡Viva la libertad y viva la
democracia!
El Sr. Belnicoff se refirió luego a la dictadura de Franco
y a la que padecimos en nuestro país hasta 1955, y tras hablar de la
personalidad de Fidel Castro, dijo que “cuando algún día en las
generaciones futuras se pretenda dar la exacta definición del miedo, se
dirá: el miedo es un dictador; porque los dictadores, cuando la fuerza
los respalda, son valientes y castigan a los pueblos; pero cuando los
pueblos se rebelan, los dictadores sólo conocen una actitud: huir.
¡América para la libertad –exclamó-, pare el cielo; los dictadores para
la tierra, para la muerte!”. Transmitió la adhesión hacia el pueblo
cubano de su partido y finalizó con un “brindis cívico por la civilidad
de América, por la caída de Trujillo, de Stroessner, de Somoza, de
Franco, y porque retornen a nuestro país todas las libertades, sin
presos políticos ni gremiales”.
Terminadas estas palabras, y las advertencias pacifistas
transmitidas por los altavoces, emprendió la marcha por Avenida de Mayo
hacia el Oeste una columna que dobló por Callao y se dirigió por Santa
Fe hacia la embajada de Cuba. La acompañaban algunos vehículos
embanderados con nuestra enseña y con la que ha reconquistado su
libertad, y se veían abundantes distintivos con el número 26, que estaba
también estampados en la puerta de un pequeño automóvil. Los
estribillos se repetían a lo largo de la marcha: se entonaban estrofas
de la Marcha de la Libertad y un clarín hacía oír su voz de aliento.
Desde los balcones se recibían múltiples muestras de apoyo.
Ante la Embajada
Una enorme cantidad de público se congregó frente a la
embajada de Cuba anoche a las 22. Los núcleos que se sumaron
constantemente a la manifestación, entre ellos el formado en la Avenida
de Mayo, interrumpieron el tránsito y formaron una masa compacta que
iba de acera a acera, casi a lo largo de toda la cuadra.
En el local de la embajada también se habían congregado
los simpatizantes del Movimiento 26 de Julio, y allí se veían las caras
conocidas de los jóvenes cubanos que llegaron a nuestro país,
perseguidos por su acción revolucionaria, mezcladas con las de los que
aquí fueron desde un comienzo sus amigos y moralmente sus aliados de
lucha. También estaban aquéllos que de una manera o de otra tienen un
vínculo de afecto y de sangre con los nombres que protagonizaron la
gloriosa jornada que se celebraba, y disputaban la atención de los
cronistas la presencia de los parientes de los hombres cuyos nombres
registra hoy la crónica, con el carácter de héroes de la recuperada
libertad cubana. Así, se destacaba entre ellos la presencia de un
septuagenario tío de Fidel Castro, que reside en nuestro país desde
1913 y no conoce a su sobrino, no obstante lo cual sumaba a la emoción
que todos tenían el inocultable y legítimo orgullo de ese vínculo.
A las 22.15, el público que estaba aglomerado en la calle
entonó la Marcha de la Libertad, y luego el Sr. Luis Conte Agüero
dirigió la palabra desde los balcones de la embajada. Señaló que cuando
se había convocado a esta reunión pública se creyó que ella iba a
congregar a un grupo de espíritus privilegiados que se regocijan en la
libertad, pero que esto había sido superado por la presencia de un
pueblo, que demuestra en sus expresiones que por algo sobre el suelo
alumbró la figura inmortal de San Martín. A propósito de ello, hizo un
paralelo de los permanentes ideales que hermanan a Cuba y a la
Argentina, encarnados en las figuras de sus libertadores y unió a la
alusión del nombre de Martí y de San Martín, la de Castro y Guevara.
Al referirse a los sucesos registrados ayer, dijo: “El
embajador del gobierno, con su actitud se convirtió en el embajador de
Cuba y al renunciar a sus fueros oficiales, se invistió de los fueros
morales de la representación del pueblo cubano, anticipando con ello la
jornada de la entrega del poder a la victoriosa revolución. Esto no es
extraño que haya ocurrido, porque hay tierras y hay pueblos que mueven
a los hombres a estas determinaciones, y el escenario y el espíritu de
la Argentina se ha hecho sentir en la actitud del doctor Espinosa
Bravo”.
Finalmente manifestó su gratitud hacia la adhesión del
pueblo argentino y, recordando palabras de Martí, dijo que nuestro
pueblo, como el de Cuba, lleva en sí la paloma de la bondad y la
estrella de la libertad.
Los padres del Dr. Guevara
A las 22.45 se anunció la presencia de los padres de
Ernesto Guevara, quienes fueron recibidos, cuando se asomaron al
balcón, por una gran manifestación de afecto, a la que ponían una nota
de particular colorido el flamear de los pañuelos iluminados por los
reflectores de la televisión. El ingeniero Guevara Lynch transmitió un
saludo de su hijo “en este momento que señala un triunfo de la
democracia de América”. La madre consignó su emoción y alegría de
argentina, hermanándose al sentimiento de los cubanos.
Luego habló el diputado de la UCR del Pueblo Sr. Armando
Verdaguer. Señaló que “aquí también se luchará siempre para que impere
la libertad”. Aludiendo a su situación dijo: “Algunos lo harán con
dignidad desde el Parlamento, pero yo prefiero sumarme a ustedes”.
Después de las palabras del aludido legislador habló el señor Jorge
Valdéz Miranda, del Movimiento 26 de Julio. En su alocución vivó a la
revolución, el triunfo de Fidel Castro y la decisión y coraje de
Guevara, y señaló que el movimiento revolucionario de Cuba no hará
transacciones para llegar al poder, por cuento los procedentes
históricos de Latinoamérica indican que ese camino lleva frecuentemente
a las frustraciones de los ideales populares. “Habríamos preferido no
llegar al poder –subrayó- antes que no llegar bien”.
Como un homenaje hacia los que han caído en la lucha de
Cuba y en todas las luchas por las reivindicaciones de la libertad en
suelo americano, solicitó un instante de silencio, al que adhirió al
público.
Al destacar la identificación con los que aún sufren el
dolor de las tiranías, formuló su voto para que muy pronto, como en
nuestro himno, puedan repetir: ¡Libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!
Anticipó luego que cuando la revolución llegue al poder,
no será Fidel Castro quien ha de asumirlo, sino el Dr. Manuel Urrutia,
de cuya personalidad hizo un amplio elogio, al tiempo que anunció que
Fidel Castro recorrerá América como un abanderado de la libertad y
llegará a la Argentina para abrazar a este pueblo que se hermanó en su
lucha. Las últimas palabras fueron de reconocimiento a la obra que
realizó Ernesto Guevara junto a Castro, cuya presencia conceptuó como
el símbolo más fiel de adhesión que en este momento expresaba todo el
pueblo argentino, e indicó al público que se desconcentrara con
tranquilidad, para retribuir así las consideraciones que habían tenido
las autoridades al permitir la organización del acto.
Finalmente, volvió a hablar el Dr. Conte Agüero, para
despedirse del pueblo argentino, destacando que cuando regresen a su
patria los hombres de la revolución cubana encontrarán en el recuerdo
de esta manifestación jubilosa del pueblo argentino el aliciente
necesario para superar las vacilaciones y cumplir su misión.
A las 23.25 se entonó el Himno Nacional Argentino y luego se
escuchó la marcha del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, mientras
el público que comenzaba a disgregarse lo hacía entonando la Marcha de
la Libertad. |
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Fuente: www.elhistoriador.com.ar |
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